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El faro, la última película de Robert Eggers, que nos conduce a una pesadilla donde nos ahogamos. Fuente.

¿Quieres ver lo que hay en la linterna? También lo quiso mi último asistente. 

¡Cállate, viejo perro! 

A pulir latones. O las formas proteanas que nadan desde la mente de los hombres, y se funden en el caliente saqueo prometeico, con ojos ardientes, con vergüenza y horror divinos… Y son arrojados ante Davy Jones. Los otros, todavía están ciegos, sin embargo, en él ver, todas las gracias divinas y a Fiddler’s Green serán enviados, donde no se permite a ningún hombre sufrir o codiciar, pero es…Antiguo…Múltiple e invariable, como la sombra que da la vuelta al mundo. Es la verdad. Serás castigado. ¡El faro me pertenece! Si la muerte palidece con un terror agudo, haz de las cuevas del océano nuestro lecho, y que Dios quien oye a las olas golpear, se digne a salvar a nuestra alma suplicante…

El faro (The Lighthouse, Robert Eggers, 2019). 

Las sirenas y las leyendas marinas de seres errantes, las maldiciones y los marineros condenados como si hubiesen caído de la Fragata Negra, un faro/falo como símbolo de la condena, la luz que hermana el fuego divino de Prometeo y los dioses paganos o los ángeles caídos como Lucifer, el temible Neptuno bajo otra forma con la que condena a sus discípulos y los hace caer y cuida a sus hijas que aparentan la muerte, el escalofriante destino del hombre que huye de su pasado, los tentáculos de Lovecraft, la pequeñez del mortal frente a la conspiración contra el ser humano augurada por Thomas Ligotti, la gaviota como si fuese el cuervo de Poe, la salvaje y tétrica Maine que ya cierto maestro a inmortalizado en sus libros, la austeridad de Dreyer, el poder del expresionismo alemán resurgiendo del letargo, la atmósfera mal sana de Merhige, lo antiguo del mito renacido… Ideas de Eggers que colisionan frente a la costa del alma humana y rompen, no solo el agua negra, sino a nostros mismos y el tormento que sufrimos.

 

Carlos J. Eguren
autor@carlosjeguren.com
¡Cuidado! No leas esta biografía. ¡Te he dicho que no la leas! Si la lees, estarás condenado… En serio… ¿Sigues leyendo? Luego no me digas que no te lo he advertido: Carlos J. Eguren está muerto, solo que no se ha dado cuenta y sigue escribiendo desde ultratumba. Es escritor en Castle Rock, profesor en Arkham, periodista en Midian, divulgador cultural en Carfax, juntaletras en el omniverso y pasto de los gusanos en todas partes. Ha publicado cuatro novelas: Hollow Hallows, Devon Crawford y los Guardianes del Infinito, El Tiempo del Príncipe Pálido y La Eternidad del Infinito. Ya prepara mediante ouija sus próximas historias que formarán parte del libro de los muertos. Espera volver a aparecerse cuan primigenio cuando pueda escaparse de R'lyeh… Ahora ya has leído su biografía, ahora ya estás maldito. ¡Bienvenido!

2 comentarios sobre “Si la muerte palidece con un terror agudo…

    1. Muchas gracias por tus palabras. Me alegra saber que te ha gustado este comentario. ¡Saludos!

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