Me temo que, si dejo pasar algún
tiempo más, no haré este post y llevo un tiempo barajándolo como cierre de una
etapa y apertura de otra. Aprovecharé que coincide con el nuevo año para que sea la presentación de una nueva andadura.

Balance de 2020:

2020 ha sido un año funesto para todos. Creo. Vives día tras día sin recordar la
importancia de un abrazo o de estar con la gente. Una pandemia nos ha recordado
lo frágil que es nuestro mundo y lo que en realidad es importante: la vida. Ha habido momentos muy difíciles y otros en los que pensaba que encontraba algo de sentido a todo. No me puedo quejar, la gente a mi alrededor está bien de salud y no he tenido que padecer ninguna complicación relacionada. Tengo que dar gracias. 

Nunca olvidaré aquel día en que le comentaba a mis estudiantes de 3º ESO que les
faltaba vivir un hecho histórico importante, ya que su generación no había
vivido cuestiones como el 11-S, el 11-M o el Delta. Esa misma tarde se suspendieron las clases y al día siguiente nos confinaron. Ahora han vivido algo
excepcional, como todos nosotros. No volví a ver a ninguno de ellos con el
cambio de instituto. He echado mucho de menos a esos grupos de los que no pude
despedirme, entre ellos, mi tutoría. Me quedo con la despedida que me escribieron
y con haber ido al cine con ellos por primera y última vez, a ver Jojo Rabbit,
mi película favorita de 2020.

Como juntaletras…

Como juntaletras, he podido
continuar colaborando en Moon Magazine (que, recientemente, ha cumplido diez años) y la revista de la editorial ECC Cómics (la editorial que publica DC, manga de autores como Junji Ito y ahora el sello Skybound de Kirkman, el creador de The Walking Dead).
Además, he empezado a colaborar también en dos importantes portales de género fantástico: Fabulantes y Fantífica, y en la revista en español dedicada a Stephen King: Insomnia. Les doy las gracias a sus editores por permitirme participar en ellas y a sus lectores por leerme. Me encanta el arte y la cultura y, aunque pienso que el periodismo cultural está muerto en los grandes medios, me alegra saber que hay webs independientes donde sigue vivo. En la sección de mi blog titulada «colaboraciones» tenéis actualizado lo que voy publicando.

Como escritor…

Como escritor, planeé sacar dos obras este año. Fui
demasiado optimista. Historias de la Máquina del Caos es mi primera colección
de cuentos y está terminada y revisada por la correctora. ¿Por qué no se ha
publicado? Seguramente, por desánimo. He hablado mucho de distopía y terror y
acabamos de vivir en nuestras propias carnes ambos géneros. ¿Cómo hablar de
distopías cuando vivimos en una?
¿Por qué escribir sobre terror o distopía cuando la
realidad se ha convertido en una? Tengo una respuesta, pero falta tiempo para
darla. Si algo he aprendido es a callar y pensar, incluso cuando hierve mi
sangre y no puedo dejar de saltarle a la yugular a alguien.
Viejos hábitos. He
decidido aplazar su publicación. Al menos, un año. No sé qué vendrá. ¿Alguien lo sabe?
 

¿Cómo puedes escribir sobre
distopías y terror en la ficción cuando la realidad se ha convertido en
distopía y terror? De pronto, lo ucrónico como el qué pasaría si hubiese una
pandemia mundial se convierte en historia. De repente, que en una historia que
transcurra en 2020 nadie lleve mascarillas ni haya habido una pandemia parecen
la auténtica ucronía. El mundo cambia, el mundo se transforma. Y el arte debe
hacerlo con él. Pienso que la gente seguirá disfrutando del terror y la
distopía, de la ciencia ficción y del escalofrío, incluso cuando ya lo han
vivido y el monstruo tras la puerta no parece tan terrorífico como ese monstruo
invisible que pasa de uno a otros y se lleva a tantos al otro mundo o a una
larga recuperación que deja secuelas.
Cuando cada mañana tienes que ponerte una
mascarilla y salir a la calle, de pronto psicópatas como Leatherface, Jason y
toda esa panda de mugrosillos psicópatas enmascarados parecen solo ser gente
con un extraño gusto por la protección ante una pandemia que ha arrasado todo.

También pensé en realizar una nueva
edición de Hollow Hallows por su quinto aniversario, pero un sexto, séptimo o
décimo puede ser igual de especial. Escribí esa historia hace mucho tiempo,
cuando yo no era yo y aunque ya no sienta una especial conexión con ella, sigue
alegrándome que haya gente que conecte con ella y gracias a esa novela empecé
a visitar centros, escribí Devon y acabé como profesor. Le debo mucho. Ahora bien, puedo afirmar lo siguiente con toda la humildad y prudencia de la que dispongo: durante
un tiempo, seguramente llevado por el síndrome del impostor del que hablaba Neil Gaiman, pensé que era
horrible, pero al releerla siento que hay una parte de lo que fui en ella y me
sorprendo con algunas metáforas, diálogos, momentos…
Hay partes mejorables, pero otras que no cambiaría. He aprendido mucho desde entonces,
pero para seguir alcanzando metas, tienes que saber desde donde partes. No me sonrojo con ella, sino que me alegra haber transitado sus oscuros parajes.

Por otra parte, también tenía
planeada una novela corta de terror psicológico que ha quedado guardada en el
cajón hasta que el peso de su escritura no me abrume. En cuanto a la Saga Devon
Crawford
, se ha rebautizado como Omniverso, escribí otra novela y continué una
inacabada, apunté cosillas para las siguientes, disfruté mucho con ella y
compartí de forma gratuita El Tiempo del Príncipe Pálido, obra que os recomiendo si no la habéis
leído.

Una de las escasas sorpresas literarias
de este año ha sido que han surgido ideas para nuevas historias, hay esqueletos
de otras esperando ser completadas, hay un sinfín de proyectos y el deseo de
concluir lo empezado. Por otra parte, también reconozco que el hecho de que uno
de mis relatos fuese elegido por El Círculo de Lovecraft para su especial de dos números de
Stephen King me hizo inmensamente feliz. Una historia del instituto es un relato que se centra en la venganza, la pérdida de la infancia y los recuerdos de un profesor. Creo que hay mucho de mí en ese relato (menos las partes que te pueden traumatizar. Esas no, porque podrías demandarme).

Sobre mi visión

He sufrido en estos meses un cambio
muy importante en mi visión sobre la creación. Pienso que ahora necesitamos
esperanza.
La Historia y otras de mis novelas de misterio y terror quedarán por
un tiempo entre mis futuros planes, mientras intento escribir algo que haga que
no os cortéis las venas. Creo que en estos tiempos, hace falta escapar a otros
mundos, como decía lord Dunsany.
Nunca dejaré de amar al género del horror, pero,
ahora, necesito un breve descanso. Este 2020 ha sido un año muy Clive Barker
para mí: no solo por los errores innombrables que tomaban forma cada día, sino
porque más allá del miedo, me he dado cuenta de las posibilidades de la
fantasía o, más bien, las he recordado.
Muchos se han quejado de que Barker
dejase de escribir terror cuando sintió que ya había escrito suficiente sobre
el género y se pasase a escribir historias de fantasía, como Abarat, pero en
estos meses, lo he comprendido bastante bien.

Puede que, si no hubiera pasado
nada de esto, por ejemplo, nunca habría llegado a entender aquello que decía Ray
Bradbury
sobre que, si un autor te hace vomitar, también te debe dar una palangana,
también te debe dar esperanza. Creo que por eso he abrazado con tanto fervor a
Star Wars, mi primer amor como aficionado al género fantástico. Parte de mi cariño a Star Wars nace de que Mandalorian era mi esperanza cada viernes y de
los podcast de La fosa del rancor, los cuales os recomiendo.

Sobre ser profesor en 2020

En lo laboral, ha sido duro, pero
he intentado también ser positivo y sacar de 2020 todo lo que he podido. Ha
habido momentos complicados, pero siempre he aprendido algo. En julio comencé mi
periplo como jefe de estudios en un nuevo centro y he visto la otra cara de mi
profesión como docente. He empezado a comprender cuál es el auténtico juego que
lo mueve todo. He intentado ser paciente y donde otros ofrecen enfado, yo
ofrecer compresión y ayuda. Y me siento orgulloso de ello, porque la educación es el pilar más importante y siempre hay que dar una oportunidad.
Trabajamos con personas, vislumbramos el futuro. Nuestra profesión es vocacional y debemos tener una gran responsabilidad hacia los que nos rodean. He comprendido muchísimas cosas que ignoraba y
siempre lo agradeceré. Ser profesor no es solo enseñar, también es aprender. Doy las gracias por los compañeros docentes y los estudiantes que aportan valía a mis días y mi viaje.

Mis libros favoritos leídos en
2020:

Como lector, a principios de 2020
me propuse la titánica tarea de leerme 365 obras, una por día.
Sin ningún orden de preferencia, recojo a continuación los libros que más he disfrutado: La ciudad de vapor, El
sonido del trueno, Las leyendas de Luke Skywalker, El último deseo, Elric de Melniboné, Salomé
de Oscar Wilde, El diario 3 de Gravity Falls de Alex Hirsch,
los poemas de Silvia Plath y Alejandra Pizarnik, Eric de Terry Pratchett, Momo
de Michael Ende, Los asquerosos, La maldición de Hill House, Ahora y siempre, Springfield
Confidencial, Historia universal de la infamia, Abarat, Leer como un profesor,
La hojarasca, Bukowski esencial, Crimen
de Agustín de Espinosa, Historia de
Drácula
de Leatherdale, El club de lectura de David Bowie y Thornhill.  

-Mis cómics favoritos leídos en
2020:

He leído un
montón de cómics que me han encantado y he decidido distribuirlos con cierta temática para no marear demasiado:

-Cómics de Star Wars: la Doctora
Aphra, la serie de Darth Vader y Darth Vader. Lord Oscuro, Star Wars, The Star
Wars, Thrawn, Han Solo, Lando, Chewbacca, Princesa Leia
… Sí, renegaba de los cómics de Star Wars hasta hace poco y miradme ahora… y, sobre todo, mirad a mi estantería a punto de venirse abajo.

-Mangas: Innocent, Noragami, Fullmetal
Alchemist, Moriarty
y To your eternity. Me preocupa un poco estar leyendo menos manga, pero seguro que si hay una historia que me interese, lo retomaré.

-Cómics de diversos géneros:
Animosity, Gideon Falls, Sin City, Fire Power, los Cuatro Fantásticos de
Hickman, AIDP, Abe Sapien, Middlewest, Bone, Los libros de la magia, Spiderman
de Dan Slott, El sueño, Lucifer, Sweet Tooth, El anillo de los nibelungos,
Silver Surfer réquiem, Justice League: Justice, Puño de Hierro
de Aja, Fraction
y Brubaker, Batman: Criatura de la noche, Mistery Society, Hellblazer
de Garth
Ennis, Crimson, Lo que más me gustan son los monstruos, El ladrón de días
y Blacksad.

Logré más de 370 lecturas durante 2020 gracias a los
numerosos cómics y mangas que devoré, aunque también leí novelas, poemarios,
teatro… Mi idea era leer de todos los géneros, no detenerme como suelo hacerlo
en el último trimestre del año y mejorar como lector y como escritor.
Si algo
he aprendido es… a seguir disfrutando de la lectura. No importa tanto la cifra
mientras descubras grandes historias. En 2021, me gustaría poder escribir más sobre cómo funcionan las lecturas que voy realizando.

Mis películas favoritas en 2020:

Sobre cine, este año no he visto
muchas obras en el cine, pero películas que me han gustado bastante de cualquier época y he disfrutado… La fortaleza
escondida, Yo, Cristina F., El faro, Hamilton, Que os den a todos: la historia
de Uwe Boll, Onward, Books of blood (2008), Dread (2009), Arrástrame al
infierno,
la saga Hellraiser, Nosotros, The Midnight Meat Train, El ataúd, La
zona muerta, La caída de la casa Usher, El péndulo de la muerte, El carnaval de
las almas, Suspiria, Scanners, Una chica vuelve a casa sola de noche, Carretera
perdida, La última lección, La Venus de las pieles, Razas de noche, Videodrome,
Candyman, Parásitos, Memories of Murder, El último hombre sobre la Tierra, La
tumba de Ligeia, Il divo, Extraordinary Tales, Los mundos de Ursula K. Le Guin

y Puñales por la espalda.

-Mis series favoritas vistas en
2020:

En cuanto a series, que no he visto demasiadas, me quedo con Star
Wars: The Clone Wars, The Mandalorian, Star Wars: Rebels,
la segunda temporada
de The Umbrella Academy, la primera temporada de The Witcher, After Life, Gravity
falls,
la temporada dos de Castle Rock, Capítulo 0, The new pope y el Drácula de Moffat
y Gatiss.

-Sobre el futuro del blog:

Un tema complicado y al que no le dejo de dar vueltas. 

Sobre el blog, ha sufrido la censura
de Facebook e Instagram por un motivo que desconozco.
Entonces, ¿para qué estoy ahí? ¿Para generar datos que se vendan al mejor postor? Eso me ha impulsado a cerrar
mis cuentas a la espera de poder eliminarlas. ¿Es negativo? No lo creo, la mayoría de la gente no va a ir a tu blog, tu vídeo o tu comentario por mucho «me gusta» que le dé. Es un vórtice de perder el tiempo. Al borrar ambas aplicaciones de
mi móvil, he sentido incluso alivio, así que eso dice mucho. Aparte de no compartir la visión del
magnate tras ambas aplicaciones, considero que no debo pagar por compartir mi contenido. Sobre las opiniones de dicho
«creador», que se escuda en la supuesta libertad de expresión
para permitir mensajes de odio y continuar con el control sobre la información
de los usuarios (el gran negocio del siglo XXI), me parece auténticamente
deplorable. Espero en junio (cuando acabe el curso) poder eliminar también WhatsApp de mi móvil. Por ahora, las únicas cuentas en redes sociales que proseguirán serán la de Twitter,
Goodreads y YouTube. Si queréis apoyarme en esas cuentas, os lo agradezco. Aparte de esas redes y las webs donde colaboro, la única plataforma que utilice será este blog. Mientras, sigo explorando otros terrenos como iVoox y
otros espacios.

Por otra parte, este verano tuve muchos proyectos:
vídeos, comentarios, reseñas, escrituras, una newsletter… Septiembre y un
comienzo de curso horriblemente exasperante a nivel de papeles me ha llevado a
repensar todo, a frentar, pararme y respirar. A aprender. A recordar por qué me
gusta lo que me gusta. Y cuál es mi objetivo. ¿Por qué estoy batallando? ¿Qué
es lo que estoy buscando? Cuando sepa cuál es la respuesta, volveré.

En las últimas semanas, he valorado
también la forma y el contenido del blog. Aparte de cambiarle su aspecto (¡ahora tiene
modo noche!), sigo pensando en qué contenido es el más adecuado. He pensado
incluso en mantener el nombre o cambiarlo (no sé si afectará a muchas de las
páginas ya publicadas…). En cuanto al contenido de por sí, escribo para varios portales
sobre cine y libros, entonces ¿qué cabe en mi blog? ¿Mi trabajo como autor? ¿Mi
punto de vista sobre diversos campos, con cuestiones que no pueden publicarse
en otro espacio?
Quizá sea eso, expandir las columnas de opinión que suelo
titular
«El juntaletras contra el mundo». Sigo dándole vueltas. Espero tener tiempo para
estar más activo y poder seguir hablando de estas obras en el que será, si mal
no lo cuento, el año número trece del blog.

Unas últimas palabras

Escribí esto en octubre de 2020,
pero no llegué a publicarlo en el blog porque no encontré el enfoque adecuado,
pero quizá sirva como cierre:

«Escribo esta última parte del texto
en la víspera de Halloween de 2020. Escucho la banda sonora del musical
Lazarus, el último proyecto de Bowie, que readaptaba con su música la película
que protagonizó en los ’70: El hombre que cayó a la Tierra, inspirada en el
libro de Walter Tevis. En los últimos días, he estado escuchando y leyendo
mucho sobre Bowie, Nirvana, Joy Division… Creo que dice mucho sobre lo que me
siento. Si miro para detrás, hace cinco años, estaba en mi antiguo instituto
dando una charla sobre Hollow Hallows, una charla que daría pie, más tarde, a
un curso de escritura y, por supuesto, a confirmarse mi deseo de ser profesor.
Hace cinco años me fui de casa, hace cinco años me quedé perdido en la nada,
hace cinco años no sabía nada de nada… Ahora soy profesor, sigo perdido, sigo
sin saber nada de nada, pero he encontrado algunas cosas por el camino. Quizá
eso es lo que significa estar vivo. Quizá nadie pasa por la vida sin perder un
par de cosas, como decía Gaiman. Quizá nunca tenemos éxito al matar nuestro
pasado. 

Hace cinco
años, soñaba con muchas cosas y ahora contemplo como algunas se han hecho
realidad, pero el ansia, la sed, sigue ahí y también la sensación de que jamás
me conformaré con nada, que siempre estaré insatisfecho a menos que aprenda. Y
todos tendremos que aprender si queremos seguir en este nuevo e improbable
mundo que estamos creando.

Todo lo demás
será silencio y en el silencio espero encontrar esa melodía que solo los hijos
de la noche saben hacer. Hasta entonces, abandonaré toda esperanza para vagar
por los caminos en los que me he topado con la incertidumbre que me deja sin
una respuesta. Allá vamos
».

Mi estado es un poco más optimista
que hace dos meses, aunque desde entonces me he llevado algún golpe más que me
ha hecho pensar que, quizá, todo lo que me propongo me sale mal. Los últimos
días han sido difíciles, pero sigo respirando y ya es algo. Dentro de unos
años, seguramente, me vea más capaz de hablar de ello. De ese mechón blanco que
me ha salido o de esas venas cerca de los ojos que se me estallaron hace unos
días. Todo eso serán historias que contaré como cicatrices de batallas pasadas.

Miro al horizonte sin grandes
promesas a mí mismo, sin grandes propósitos ni sueños ni objetivos. En algunas
ocasiones me encantaría ser un tipo productivo como Brandon Sanderson y acabar
enormes libros que fascinen a los lectores. Ahí está la historia de vampiros
esperando. A veces, pienso que me gustaría ser tan creativo como Gaiman y
tener un libro fantástico cada equis tiempo. En ocasiones, desearía tener la fe
sobre mi propio trabajo que tiene Stephen King en el suyo. A menudo, sueño con
tener una décima parte de la poesía de Ray Bradbury. Y no me gustaría olvidarme de la
humanidad de los personajes, me gustaría darle voz a sus miedos tan
particulares, como hacía Shirley Jackson. ¿Y a quién no le gustaría crear
mundos tan ricos como Tolkien? ¿Quién no desearía rescatar el espíritu trágico
de Edgar Allan Poe? ¿Y revolucionar al mundo sin haber cumplido los diecinueve
años, como hizo Mary Shelley? Y no me hables de homeanjear al pasado y marcar
el futuro, como Bram Stoker. ¿Y qué decir sobre lograr ser un artista completo:
dibujante, pintor, poeta, escritor, guionista, director… como Clive Barker?
¿Y por qué no dar voz a poderosos, débiles… y lectores, como hace Alan Moore?
Y ojalá, de vez en cuando, poder ser uno mismo.

En resumen, me considero más maduro como profesor, más precavido
como escritor y más soñador como juntaletras. Y mientras, sigo siendo un eterno aprendiz. Eso no es malo, porque me permite seguir aprendiendo y, mientras aprendo, sigo vivo.

Enero comienza un volumen nuevo de
nuestras historias. Tendrá momentos tristes y dolorosos, pero lucharemos porque
también haya esperanza. Nos esforzaremos por escribir la mejor posible y para
ello no debemos olvidar la espalda: por duro y difícil que sea todo. No nos
queda otra. 

Para terminar, decía George Lucas que la mejor forma de ser feliz es hacer feliz a
los demás. No puedo estar más de acuerdo.

Carlos J. Eguren
autor@carlosjeguren.com
¡Cuidado! No leas esta biografía. ¡Te he dicho que no la leas! Si la lees, estarás condenado… En serio… ¿Sigues leyendo? Luego no me digas que no te lo he advertido: Carlos J. Eguren está muerto, solo que no se ha dado cuenta y sigue escribiendo desde ultratumba. Es escritor en Castle Rock, profesor en Arkham, periodista en Midian, divulgador cultural en Carfax, juntaletras en el omniverso y pasto de los gusanos en todas partes. Ha publicado cuatro novelas: Hollow Hallows, Devon Crawford y los Guardianes del Infinito, El Tiempo del Príncipe Pálido y La Eternidad del Infinito. Ya prepara mediante ouija sus próximas historias que formarán parte del libro de los muertos. Espera volver a aparecerse cuan primigenio cuando pueda escaparse de R'lyeh… Ahora ya has leído su biografía, ahora ya estás maldito. ¡Bienvenido!

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