Tiempo de lectura: 2 minutos
La rebelión de los personajes… Uno de mis temas preferidos. Fuente.

 

En ocasiones, los personajes cruzan del terreno de la fantasía a la realidad. Es más, diría que pocas veces, existen buenos personajes que no lo hagan. 

Aunque hay escritores que intentan controlar a sus personajes (Patrick Rothfuss decía que un personaje rebelándose a su autor es como un niño malcriado en un restaurante, ignorando a su pobre padre -el autor-), yo soy de los que piensa que, cuando los personajes respiran y obran por sí mismos, las historias funcionan mejor…, aunque pueda llegar a suponer un suplicio para el creador, que ve cómo sus esquemas se van al infierno y siente que esos personajes podrían meterle en un lío, como le ha ocurrido a George R. R. Martin y su famoso nudo de Meereen.

Decía Stephen King que prefería saltarse las tramas, los esbozos y los esquemas (eso explicaría algún final más dudoso de alguna de sus novelas), y Ursula K. Le Guin hablaba sobre cómo le fascinaba ir descubriendo el mundo de sus personajes a medida que avanzaba con ellos. Algo similar ocurría con Philip Pullman, quien decidió escribir sus novelas no solo como una reinvención de El paraíso perdido de Milton, sino como la búsqueda de qué eran los daimonion que acompañaban a sus personajes. 

Poniéndome en el lugar del lector que no escribe, que solo ve la literatura desde la barrera (si es que esto puede hacerse), seguramente vea esto de la rebelión de los personajes como una especie de charlatanería mística. Es complicado explicar cómo un autor puede pensar que la historia irá por un lado, prepararlo todo, y, de pronto, un acto, una frase o una mirada de un personaje lo cambia todo, absolutamente todo. Puede que haya algo de magia en eso, como defiende el personaje de Alan Moore en la película The Show, pero no es burda charlatanería. No olvidemos de cómo Gabriel García Márquez se pasó un par de horas llorando por la muerte de uno de sus personajes…

Y parece que Derek Landy, escritor de la saga de Skulduggery Pleasant, es también partidario de la opinión de que los personajes deben estar vivos, ya que leí esto en la siguiente entrevista y he decidido rescatarlo para «abrir la veda» sobre este tema.

 ¿Y tú qué opinas? ¿Personajes libres que destrocen la trama? ¿Personajes esclavos de la trama? ¿Un término medio? ¿Cuáles son tus personajes favoritos y por qué?

Carlos J. Eguren
autor@carlosjeguren.com
¡Cuidado! No leas esta biografía. ¡Te he dicho que no la leas! Si la lees, estarás condenado… En serio… ¿Sigues leyendo? Luego no me digas que no te lo he advertido: Carlos J. Eguren está muerto, solo que no se ha dado cuenta y sigue escribiendo desde ultratumba. Es escritor en Castle Rock, profesor en Arkham, periodista en Midian, divulgador cultural en Carfax, juntaletras en el omniverso y pasto de los gusanos en todas partes. Ha publicado cuatro novelas: Hollow Hallows, Devon Crawford y los Guardianes del Infinito, El Tiempo del Príncipe Pálido y La Eternidad del Infinito. Ya prepara mediante ouija sus próximas historias que formarán parte del libro de los muertos. Espera volver a aparecerse cuan primigenio cuando pueda escaparse de R'lyeh… Ahora ya has leído su biografía, ahora ya estás maldito. ¡Bienvenido!

Deja un comentario