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Las
historias son bosques. No pueden controlarse. Crecen salvajes a partir de
pequeñas semillas que conciben sus propios árboles, sus propias imaginaciones, su
propia magia. Y nadie puede gobernar la naturaleza de los sueños que hace que
las frondosas copas tomen forma. Hay diálogos que se retuercen, hay descripciones
como troncos e ideas que brotan como el musgo. Desde una idea en la raíz hasta
una novela completada en la cima, endurecida por la corteza del esqueleto, de los
sueños rotos y la amargura que rodea tu propio tiempo, dejando que broten los
personajes como hojas de la horcadura y la horqueta con tramas que crecen como
ramas, que poseen hojas bajo una eterna primavera, solo para morir cuando llegue
el otoño. Y aquellas que caen forman parte del retoño del que surgirá otro tronco,
otra novela, otro cuento, otra sonrisa, otra lágrima.

Puede
que la amargura te haga llorar, es la lluvia del bosque. Puede que la
rabia te consuma, es el fuego del bosque. Puede que la vida haga que
te pierdas, pero jamás olvidarás la ruta en el bosque. Mira a tu alrededor, no
te malogres. ¿Sientes el tacto de las hojas? Son capítulos, párrafos que son manadas de frases que serpentean entre sus propias palabras. ¿Saboreas la hiel y
la miel? Son tus derrotas y tus triunfos. ¿Puedes escuchar a el canto de las
aves? Suena a tecleo y rasgaduras de pluma en el papel. ¿Hueles las flores?
Olor a libro nuevo. ¿Ves a las bestias? Tienen tu rostro y sus ojos se
iluminan cuando huelen tu sangre.

Bajo
la sombra de los suspiros, entre las breñas de lo que podría haber sido, lo que
no es y lo que es, tú eres de los cartógrafos que trazan las rutas entre los
árboles saben que hay historias en cualquiera de esos árboles y que todas en
su conjunto forman una saga. Si uno de sus gruesos troncos fuese cortado, sus
anillos nos mostrarían su largo tiempo, pero ¿dónde comienza una historia? ¿Cuando
se sueña o cuando la primera palabra es escrita? ¿Cuando se escribe la última y
se entrega al lector? ¿Cuando el árbol cae y no hay nadie que lo escuche?

Este
es el manuscrito de la primera y la segunda parte de La Historia, dos árboles
muy alejados de la cima, pero dos escalones sobre los que caminar hacia el
tercero… y los que tengan por llegar.  Cuando mires atrás, lo que fue altura, será hondonada. Cada árbol forma una nueva rama de un zarzal en el que quieres
perderte y del que nunca desearás escapar, un laberinto llamado fantasía ¿y qué
es más fantasía que una biblioteca, esa necrópolis de epitafios?

Escribes,
escribes todo el tiempo como si tu vida fuese a terminar en cualquier momento,
porque… tu vida puede terminar en cualquier momento. Y cada vez que respiramos,
amamos, sentimos, pensamos, reímos o lloramos contamos una historia llamada vida,
pero también vivimos otras a través de esos otros mundos que descubrimos en la
tinta y el papel. Puede que La Historia nunca vea la luz, pero ¿cómo lo podría
llegar a hacer una historia que nació en las tinieblas?

REGRESO A LA REESCRITURA 2019

 REGRESO A LA REESCRITURA 2021 

Carlos J. Eguren
autor@carlosjeguren.com
¡Cuidado! No leas esta biografía. ¡Te he dicho que no la leas! Si la lees, estarás condenado… En serio… ¿Sigues leyendo? Luego no me digas que no te lo he advertido: Carlos J. Eguren está muerto, solo que no se ha dado cuenta y sigue escribiendo desde ultratumba. Es escritor en Castle Rock, profesor en Arkham, periodista en Midian, divulgador cultural en Carfax, juntaletras en el omniverso y pasto de los gusanos en todas partes. Ha publicado cuatro novelas: Hollow Hallows, Devon Crawford y los Guardianes del Infinito, El Tiempo del Príncipe Pálido y La Eternidad del Infinito. Ya prepara mediante ouija sus próximas historias que formarán parte del libro de los muertos. Espera volver a aparecerse cuan primigenio cuando pueda escaparse de R'lyeh… Ahora ya has leído su biografía, ahora ya estás maldito. ¡Bienvenido!

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