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La familia de la casa de muñecas de Mike Carey es la nueva apuesta de Hill House. Fuente.

«Alice:
¿Crees que no te reconozco, fantasma? Tú… siempre has estado ahí, observando.
Siempre has formado parte de esto. Así que dime por qué. ¿Por qué alguien haría
una casa de muñecas con… con una puta placenta?

Fantasma:
Lo haría alguien que intentara nacer».

Si nos
fijamos lo suficiente, una casa de muñecas es un elemento siniestro e inquietante: en sus
estrechas paredes, con sus pequeños muebles a modo de barrotes, encarcela una farsa, una grotesca familia donde los niños
exteriorizan su imaginación y crean vidas falsas alrededor de pequeñas figuras
que jamás escaparán de esa prisión de la fantasía… Pero ¿y si lo lograsen? ¿Y
si esos sueños se convirtiesen en traumas que nos persiguen de por vida?
De lo siniestro e inquietante trata precisamente la nueva apuesta de Hill House: La familia de la casa de muñecas.

Página del cómic La familia de la casa de muñecas. Fuente.

Vertigo

La familia
de la casa de las muñecas
es un cómic de terror que recuerda la sensación
pesadillesca de los primeros cómics de The Sandman de Neil Gaiman o La Cosa del
Pantano
de Alan Moore
, los cómics primigenios de Vertigo. No es de extrañar al
tener a Mike Carey, digno sucesor de Neil Gaiman, como vimos en Lucifer y la
tristemente descatalogada The Unwritten. A él se suma Peter Gross, Vince Locke
y Cris Peter en el apartado gráfico. Llegados a cierto punto, uno siente incluso
que estamos ante una serie que bien podría formar parte del Universo Sandman.

Cuando
cumple seis años, Alice recibe como regalo una casa de muñecas que se convierte
en su refugio metafórico y literal. Mientras su padre maltrata a su madre,
Alice descubre un modo de escapar: pronunciar un hechizo que la transporta
hasta el interior de la casa, a una vida perfecta como aquella que añoraba la
Coraline de Neil Gaiman.
Sin embargo, la casa no es un País de las Maravillas:
existe una puerta negra que guarda una habitación en su interior, la cual puede
cumplir con cualquier sueño que tenga la pequeña…, pero, a cambio, exigirá su
vida. Lo que no sabe Alice es que, aunque rechace la tentación, el horror la
perseguirá desde ese momento, convirtiéndola en la protagonista de una macabra
historia de terror.

Si ya
comentábamos que el guion nos recordaba a una historia de The Sandman, hemos de
decir que el dibujo de Peter Gross, con los acabados de Vince Locke, y el
coloreado de Cris Peter, le aportan un aspecto que nos evoca también a los
primeros cómics del legendario sello de C, lo que es un punto positivo para todos aquellos
lectores que nos adentramos en las sombras con este tipo de obras.
Puede que
no resulte llamativo para aquellos que estén habituados a un dibujo más moderno
o más superheroico, pero, para el resto, sí que nos aguarda una serie de gratas
sorpresas que nos hacen revivir lo maravilloso que era leer un cómic de Vertigo.

Alice se enfrentará a sus peores demonios en La familia de la casa de muñecas. Aquí porta un chubasquero que nos recuerda a June, la protagonista de Un cesto lleno de cabezas, otro cómic de Hill House. Fuente.

Ahogados

Como en una
novela de Stephen King, la vida de la protagonista queda marcada con las
sombras y el horror de la monstruosa casa de las muñecas, que hereda Alice en su
niñez y la seguirá durante toda su vida, destripándola y hundiéndola en el
terror. Cada número nos sumerge en las tragedias que rodean la vida de la
protagonista, hundiéndola en una serie de hechos atroces y monstruosos que
buscan que ella caiga en la tentación. Llega un momento en que es imposible no ahogarse en el horror.

Las referencias a Alicia en el País de las Maravillas no son baladíes: no solo la protagonista se llama Alice, sino que también tendrá a un gato como extraño guardián, lo que nos lleva a pensar en otra modernización del clásico de la literatura inglesa: Coraline. No obstante, siempre he notado que el estilo de Carey es deudor o muy similar al del escritor de American Gods. En el fondo, tanto Coraline como Alicia en el País de las Maravillas podrían llegar a ser historias de terror, como lo es La familia de la casa de muñecas.

La serie
trata sobre superar a los demonios y, aunque se vuelva rebuscada en su
narrativa en algún punto para dar la impresión de mayor complejidad, finalmente
lo que nos importa es Alice y su hija, Una, y cómo se enfrenta a esos
monstruos de la niñez que llevan persiguiéndola toda su vida. Más allá de esto, es también una exploración de los horrores cotidianos como los malos tratos, el racismo, la crueldad… Puede que no existan casas de muñecas mágicas, habitadas por seres fantasmagóricos que se alimentan de nuestros anhelos, pero su oscuridad sí existe y está en cada uno de nosotros.

Puede que el final sea demasiado precipitado (aunque todas las piezas, presentadas de modo fragmentado, van encajando) y quede la posibilidad de una secuela, pero estos números son lo suficientemente redondos como para que el lector se quede con cierto atisbo de esperanza tras todo el horror vivido. Es, como todo juego, una experiencia catártica.

La familia de la casa de muñecas nos retrotrae a los primeros cómics de Vertigo. Fuente.

El sello de
DC Comics (Hill House) se estrenó con Un cesto lleno de cabezas de Joe Hill,
pero es La familia de la casa de las muñecas el primer título auténticamente
digno, no solo un disfrute de serie b como el escrito por Hill.
En nuestro país, ECC
Ediciones recopila la serie en un tomo de tapa dura que incluye algunos extras
como diseños, entrevistas y portadas alternativas.

Para todos
aquellos que fuimos niños que jugábamos a crear vidas (y muertes) con nuestros
muñecos y que la fantasía y el horror nos han acompañado desde entonces, La
familia de la casa de muñecas
es una delicada pieza de fantasía oscura que se
incrusta en el valor de nuestra memoria… y de nuestros más profundos miedos, al
igual que nuestros propios demonios. Como decía cierto bardo, un mundo lleno de
horrores y monstruos es también un mundo lleno de esperanza y milagros, y eso nos lo recuerda este cómic.

Portada del cómic en español. Fuente.
Calificación:
Carlos J. Eguren
autor@carlosjeguren.com
¡Cuidado! No leas esta biografía. ¡Te he dicho que no la leas! Si la lees, estarás condenado… En serio… ¿Sigues leyendo? Luego no me digas que no te lo he advertido: Carlos J. Eguren está muerto, solo que no se ha dado cuenta y sigue escribiendo desde ultratumba. Es escritor en Castle Rock, profesor en Arkham, periodista en Midian, divulgador cultural en Carfax, juntaletras en el omniverso y pasto de los gusanos en todas partes. Ha publicado cuatro novelas: Hollow Hallows, Devon Crawford y los Guardianes del Infinito, El Tiempo del Príncipe Pálido y La Eternidad del Infinito. Ya prepara mediante ouija sus próximas historias que formarán parte del libro de los muertos. Espera volver a aparecerse cuan primigenio cuando pueda escaparse de R'lyeh… Ahora ya has leído su biografía, ahora ya estás maldito. ¡Bienvenido!

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