Jojo Rabbit o cómo Waititi sigue siendo uno de mis directores favoritos. Fuente.

Me he pasado la tarde llorando y riendo. ¿Por qué?

Dicen que
Charles Chaplin se arrepintió de haber hecho El gran dictador tras
saber lo que ocurrió en los campos de exterminio y concentración nazis
hasta que le recordaron lo valiente que fue al satirizar a un monstruo
como Hitler en su propia época y con una fuerza que hacen que esta
maravillosa película sea inolvidable. Imagino que dentro de muchos,
muchos años, recordaremos a Taika Waititi como otro valiente que, en
estos tiempos donde la intolerancia y
las viejas heridas que parecían cerradas vuelven a abrirse, se atrevió a
crear una comedia dramática sobre el nazismo o, quizá, sobre el odio,
la infancia y lo que supone, como es Jojo Rabbit.

Que el cine es
una maravilla y posee una fuerza sin igual es un hecho indudable, pero,
de vez en cuando, hay películas que te lo recuerdan y Jojo Rabbit es
el caso. Pocos filmes recientes han conectado tanto y a tantos niveles
conmigo. He reído, he llorado… Esta es la historia sobre un niño de
las juventudes hitlerianas cuyo amigo imaginario es Hitler, y el film se
las arregla para mezclar comedia y drama con la creatividad de un
director al que hace tiempo que hay que seguirle la pista. Taika
Waititi
, como toda persona con una auténtica cualidad cómica, es
sumamente inteligente no solo a la hora de meter un gag sino a la hora
de retratar la sinrazón de la guerra o la muerte de la infancia con
planos únicos como unos zapatos desatados.


Y para ello cuenta con un
reparto magnífico, donde todos están impecables: Roman Griffin Davis
como Jojo es una auténtica revelación, Thomasin McKenzie es hipnótica
como la valiente Elsa, Sam Rockwell como Klezendorf y Alfie Allen como
Finkel son una pareja estupenda, igual que secundarios como Rebel Wilson
o un Stephen Merchant escalofriante y no olvidemos a una actriz
portentosa: Scarlett Johansson, que se come cada escena, incluso
aquellas en las que decide rescatar al Charles Chaplin de la magnífica El gran dictador. Y hablando de dictadores chaplinescos, el propio
Waitiki da vida a la fantasía de un niño sobre Hitler y lo hace
formidablemente. Es un tipo listo, no nos cabe duda. Y valiente, porque
hoy, cuando se resucitan tantos viejos fantasmas y caemos en una
larguísima noche que nos hace rogar ser héroes como los de David Bowie
(qué genialidad recuperar su versión del Heroes en alemán) es más
necesario que nunca un film como Jojo Rabbit, una película que te
recuerde los versos de Rilke que se citan al final:

«Let everything happen to you
Beauty and terror
Just keep going
No feeling is final».

Carlos J. Eguren
autor@carlosjeguren.com
¡Cuidado! No leas esta biografía. ¡Te he dicho que no la leas! Si la lees, estarás condenado… En serio… ¿Sigues leyendo? Luego no me digas que no te lo he advertido: Carlos J. Eguren está muerto, solo que no se ha dado cuenta y sigue escribiendo desde ultratumba. Es escritor en Castle Rock, profesor en Arkham, periodista en Midian, divulgador cultural en Carfax, juntaletras en el omniverso y pasto de los gusanos en todas partes. Ha publicado cuatro novelas: Hollow Hallows, Devon Crawford y los Guardianes del Infinito, El Tiempo del Príncipe Pálido y La Eternidad del Infinito. Ya prepara mediante ouija sus próximas historias que formarán parte del libro de los muertos. Espera volver a aparecerse cuan primigenio cuando pueda escaparse de R'lyeh… Ahora ya has leído su biografía, ahora ya estás maldito. ¡Bienvenido!

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