“Escribir es un poco como cocinar. Hay veces en que, por más que lo intentes, al bizcocho no le da la gana de subir y no sube; pero, de vez en cuando, el bizcocho te sale tan bien que ni tú mismo te lo crees”.
NEIL GAIMAN,
introducción de
Estudio en esmeralda
en OBJETOS FRÁGILES.
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Fuente. |
Y también hay veces en las que el bizcocho te explota en la cara o te obstruye las arterias y el que revientas eres tú, también ocurre con las novelas.
Os lo juro.
Es un símil perfecto, la verdad.
Hay veces (pocas) en las que te cuesta creer lo que has hecho; otras preferirías que no hubiese testigos.
Pues a mí también me ha gustado mucho eso de "no dejar testigos" que has dicho y… ¡Cuánta verdad encierras en esas palabras! Pienso igual que tú, compañera.
¡Muchísimas gracias por tu comentario!