Viva la autopublicación. Fuente.

Bernard Shaw escribió: 

«La literatura es una extraña máquina que traga, que absorbe todos los placeres, 

todos los acontecimientos de la vida. Los escritores son vampiros».

Añadiría que el proceso de autopublicación también es una máquina que traga y absorbe la vida de muchos, incluida la del autor.

Este será un post corto y no creo
que me dé al optimismo y los chistes como en otras entradas. Hoy no tengo
ganas. Hoy solo quiero escribir sobre el círculo vicioso de la vampirización de
la autoedición y lo que conlleva para el escritor,
porque me parecen genialestodos sus puntos buenos y creo que el futuro pasa por el cambio del modelo
editorial. Pero también es una carga y nos hundimos en ella.

El escritor, inocente él. Fuente.

La vampirización de la
autoedición es como llamo a ese ciclo que te quita la vida poco a poco para que
tu novela acabe saliendo.
Necesitas aliados y no tienes por qué hacerlo solo,
pero se sufre y mucho. El ciclo posee un par de “tienes que…”.

  • Tienes que escribir tu novela.
    Crear una historia, unos personajes, una trama, llegar hasta el final… Es lo
    que tienes que hacer y considero que es lo que más me gusta.
  • Tienes que trabajar en que la
    novela sea lo mejor posible.
    Reescribir, luchar, intentar que todo sea algo más
    de lo que es, saber cuándo acabar… Es más que necesario.
  • Tiene que corregir tu novela. Una
    y otra y otra vez. Es una maldición. Un ciclo sin aparente final. También
    puedes buscar a un corrector, pero, aún así, considero que necesitas corregir
    tú tu trabajo.
  • Tienes que registrar tu novela.
    Ya sea en la Propiedad Intelectual o en Safe Creative. Debes hacerlo porque es
    tu trabajo y tiene que quedar constancia. Eso si, no creas que impedirás que te
    pirateen. Lo harán.
  • Tienes que maquetar tu novela. O
    buscar a alguien que te ayude en esta labor (un maquetador profesional). No es solo poner sangría o
    estilos. Es algo más.
  • Tienes que hacer la portada de tu
    novela.
    O buscar a alguien que te ayude en esta labor. No es solo pillar una
    imagen o un dibujo o hacerlo. Es intentar transmitir lo que la historia
    necesita.
  • Tienes que tener unos lectores de
    prueba que te ayuden.
    Y hacerles un monumento. No sabes lo mucho que le quitas
    y lo mucho que te dan.
  • Tienes que corregir de nuevo en voz alta. Ya sabéis lo que pienso al respecto. Te sirve. Te ayuda. Y aún así,
    siempre habrá algo que falte.
  • Tienes que asegurarte de hacer
    publicidad de tu novela.
    Redes sociales, blogs… Y, al final, pierdes tiempo ahí
    y esperas que alguien te escuche y te ayude. Es el salto al vacío…
  • Tienes que intentar hacer que
    haya gente que reseñe tu novela.
    Es importante que a alguien le llegue tu
    historia.
  • Tienes que comprobar que los
    archivos funcionen.
    No basta con subir algo. Además, tienes que saber cómo
    funcionan las plataformas, qué precio ponerle a tus obras…
  • Tienes que revisar los libros de
    nuevo.
    La corrección es un proceso que parece no terminar nunca. Ya lo decía antes.
  • Tienes que intentar que el
    cliente (el lector) se dé por satisfecho con lo que obtiene.
    Y temes que
    aparezca la policía del fraude y te dé un trabajo serio tras decirte que no
    eres escritor, como decía Neil Gaiman.
  • Tienes que corregir el e-book.
    Debes coger tu Kindle y leer otra vez esa historia que has reescrito y
    corregido mil veces porque temes las erratas.
  • Tienes que corregir la galerada.
    Esperar que llegue al Azkaban donde vives y trabajar del modo más decente
    posible sobre ese montón de papel, previo pago del envío.
  • Tienes que intentar que te
    inviten a algún sitio para anunciarla, promoverla y presentarla.
    Y eres
    autopublicado y sientes que no llegas a nadie y sabes que si la presentas,
    quizás te quedes solo, por mucho que quieras contar con los demás.
  • Tienes que supervisar que el
    pedido de tus novelas llegue.
    No puedes quedarte en la nada. La distribución
    también depende de ti y la gente que te ayude.
  • Tienes que intentar que llegue a
    librerías.
    Y muchas no lo querrán: quitas espacio, eres autopublicado, no eres
    importante… Aunque hayas ido durante años, rigurosamente, a esa librería cada
    semana y comprado libros de otros autores. Solo eres un autopublicado.
  • Tienes que enfrentarte al estigma
    de la autopublicación.
    Muchos piensan que tu trabajo no sirve, que solo el
    trabajo de las editoriales es digno. Como si todo lo que publicase una
    editorial fuese estupendo. No, no lo es. El mundo ha cambiado.
  • Tienes que aceptar que, muchas veces, deberás poner dinero para algunas de estas cosas y no creo que seamos millonarios que vivamos en la Mansión Wayne.
  • Lo más importante: tienen que
    leerte y tienes que disfrutar de escribir.
    Creo que son las dos metas. Si no
    nos conducen a ningún sitio, si no disfrutamos de escribir y de que alguien
    lo pase bien con nuestra historia, no hay nada.

¿Y lo peor? No tienes tiempo para seguir
escribiendo.
No es ser quejica, es lo que hay y lo acepto. Solo quería
compartirlo para que vosotros también lo supierais, si no sois autores
seguramente esto sea algo que desconozcáis o que podáis comparar con algo que ocurre en vuestras vidas.

A mí lo que me gusta es escribir.
Y sé que las editoriales no apuestan por mis historias. Y sé que mucha gente no
lee. Y sé que es lo único que hago. Y sé que es una vampirización.

Y sé que es lo único que me
queda: escribir.

Espero que os guste Devon Crawford y los Guardianes del Infinito y comprendáis todo lo que hay detrás.

Me voy a corregir de nuevo. 

Carlos J. Eguren
autor@carlosjeguren.com
¡Cuidado! No leas esta biografía. ¡Te he dicho que no la leas! Si la lees, estarás condenado… En serio… ¿Sigues leyendo? Luego no me digas que no te lo he advertido: Carlos J. Eguren está muerto, solo que no se ha dado cuenta y sigue escribiendo desde ultratumba. Es escritor en Castle Rock, profesor en Arkham, periodista en Midian, divulgador cultural en Carfax, juntaletras en el omniverso y pasto de los gusanos en todas partes. Ha publicado cuatro novelas: Hollow Hallows, Devon Crawford y los Guardianes del Infinito, El Tiempo del Príncipe Pálido y La Eternidad del Infinito. Ya prepara mediante ouija sus próximas historias que formarán parte del libro de los muertos. Espera volver a aparecerse cuan primigenio cuando pueda escaparse de R'lyeh… Ahora ya has leído su biografía, ahora ya estás maldito. ¡Bienvenido!

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