Es curioso lo que uno puede encontrar cuando se pierde. Revisando antiguas fotos, hallé esta de mi primer viaje a Barcelona en 2017. Pululando por sus calles de niebla, me topé con este cartel de «El Bosc de les Fades» (el Bosque de las Hadas), acompañado no solo de una hija de los fae, sino de un insigne dragón con un candil a modo de llama.
Creo que toda mi vida podría resumirse como la búsqueda de las hadas, de los dragones, de lo fantástico. Ya fuese a través de lo que leo, veo o escribo, siempre la magia me ha acompañado, incluso en los momentos difíciles. La llama de ese candil es la que me ha iluminado.
No siempre los dragones y las hadas son seres benignos. El bien y el mal no son nada para ellos. Son seres caprichosos en ocasiones, astutos en otras. Son como el arte de escribir.
Si aprendes a escucharlos, si sabes qué puedes aprender de ellos, las enseñanzas poseen un valor incalculable. Quien no lee, ve o escribe, poco puede entender de este encantamiento.
Así que ya estés pasando una buena racha o no, nunca olvides que la magia existe y que las hadas, los dragones y todo lo fantástico te espera. Solo tienes que leer, ver o escribir. Y perderte. Y encontrarte.
Aprovecho para dejaros el sitio donde proseguiré mi aventura subiendo cada dos semanas, los jueves, contenido relacionado con la enseñanza y la divulgación de la literatura, el cine, los cómics y todo lo que me gusta: https://www.youtube.com/c/CarlosJEguren Si te llama, suscríbete. Gracias.
