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| Imagen de dominio público. |
El tiempo no vuela, sino que se teletransporta y nosotros ni nos damos cuenta. No es ese efecto cutre que les ponen a algunos vampiros con una cámara rápida que deja rastros. No es una cámara rápida si quiera… Es un destello.
Hace una semana, me dispuse a anunciar la publicación de Devon Crawford (¿dónde habéis estado si no os habéis enterado? ¿No os da vergüenza?). Lo hice pensando que podría presentarla a un concurso.
Poco después, hablando con el servicio técnico de la empresa que lo organizaba, me he dado cuenta de que es preferible que no participe. Ya no es inédita al haberla anunciado por aquí y la idea de un relato previo ha sido desestimada, cambiando mis perspectivas hacia cómo quería publicar la obra.
Me lo pasé muy bien escribiendo Devon Crawford (y ahora pensando en la segunda parte, corrigiendo la primera…) y quiero pasármelo también publicándola. Deseo continuar con mis ideas, con mayor o mejor fortuna, sobre cómo debe ver la luz. Quiero que sea una de esas historias que sirvan de refugio para mí como escritor y para los demás como lectores.
Por tanto, el próximo año ese concurso seguirá ahí espero y yo espero presentar otra historia (y no os contaré nada como persona maléfica que seré a partir de entonces), pero, mientras, siento que Devon ya debe estar fuera, mostrando su multiverso a todo aquel que quiera descubrirlo.
Quería daros las gracias por ayudarme tanto desde que la anuncié y por haber servido de apoyo. La Saga Devon Crawford sigue en pie y podréis leer su inicio muy pronto. Por lo menos, puedo confirmaros que el primer volumen saldrá el 1 de julio en Amazon. Y Devon ya está sonriendo de ese modo tan suyo, con ese toque de arrogancia, desde el umbral. No quiero hacerla esperar más.
P.D.: Mañana, booktráiler.
