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Gideon falls, una nueva serie de terror con elementos lovecraftianos, por Jeff Lemire y Andrea Sorrentino. Fuente. |
“¿Crees en el mal?”.
Lo sabes. El granero negro se te aparece. En cualquier sitio. En
cualquier época. En cualquier momento. Y desencadena la locura, la muerte y el
sufrimiento a tu alrededor. Sangre, lágrimas, dolor. El granero negro te espera… Lo temes, pero… lo sabes.
Gideon Falls es la historia de dos personajes:
Por un lado, un sacerdote, el padre Wilfred, llega al
alejado pueblo de Gideon Falls tras la extraña muerte del último hombre de Dios.
Wilfred trae sus propios demonios: su lucha contra el alcohol, sus problemas de
temperamento… Después de una siniestra noche donde el anterior cura se aparece
como un muerto viviente, descubre el misterioso granero negro y una
organización que lo investiga.
Por otro lado, un enfermo mental, Norton, intenta encontrar
en la basura una serie de extrañas pruebas, pero ¿de qué? Su psiquiatra intenta
ayudarle a dejar atrás su manía, pero él no puede: de niño, vio el granero
negro y debe descubrir qué es y qué le ha deparado el destino.
El granero negro les espera a ambos. Nos espera a todos.
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¿Ya puedes ver el granero negro? Fuente. |
¿Quién está detrás de esta historia? Un conocido ya de los miedos de la América profunda: el escritor Jeff Lemire comienza una nueva serie con
elementos de terror paranormal que evocan al cine de terror como El exorcista, pero también a la
literatura de terror de H. P. Lovecraft, gracias a ese enclave que hace surgir
la locura. Por suerte, Wilfred y Norton son dos personajes interesantes, con
cierta profundidad, que pueden llegar a aportar mucho al argumento. Mientras, el
lector se pregunta: ¿qué une a ambos? ¿Valdrá la pena la meta a la que nos dirige este camino? ¿Tendremos respuestas, acaso?
En cuanto al trabajo formal, el dibujo de Andrea Sorrentino destaca por su juego de
realismo, el dramatismo y el aura insana, aparte de la distribución de las
páginas, con una magnífica narratividad y unos juegos visuales sorprendentes (ese abrazo que se transforma en una siniestra calavera, a modo de presagio), todos ellos avivados
por el excelente coloreado del experto Dave Stewart.
El resultado es una serie que arranca con muchísima fuerza,
pero cabe que seamos prudentes y nos preguntemos hasta dónde nos quiere dirigir
Lemire, que es experto en abrir misterios y hacer que el lector se haga
preguntas durante docenas y docenas de páginas sin saber muy bien adónde vamos ni si valdrá la pena
(véase Black Hammer, con la cual, por cierto, comparte varios elementos comunes). Soy entusiasta, pero no dejo de ser prudente. Esperemos que
halle respuesta, pero, por ahora, el viaje parece prometedor… Y, en el
horizonte, entre la niebla, en la profunda noche, nos espera, sí, nos espera el
granero negro. ¿Lo ves?