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Duel (El diablo sobre ruedas), una obra magistral sobre una persecución en el desierto. Fuente.

«There you are, right back in the jungle again».

Hace
poco leía el relato Acelera de Joe Hill y Stephen King.
Formó parte de una colección de cuentos que homenajeaban al gran Richard Matheson, un autor que marcó profundamente la obra de King; y la
versión cinematográfica de una de historias de Matheson marcaría a su
hijo, Hill. Los relatos tomaban conceptos de cuentos, novelas y guiones
del autor de Soy leyenda y celebraban la figura de un genial escritor que dedicó su vida a la literatura, el cine y la televisión. Si bien Acelera
es un cuento del montón, un pastiche que añade a la obra ya clásica un par de moteros
escapados de Hijos de la anarquía (no olvidemos el cameo de King
en la serie ni que es un motorista consumado), el cuento al que rinde culto Duel
sigue siendo una pequeña obra maestra que sirvió de base para la primera
película de Steven Spielberg, una cinta que años después sigue disfrutándose
y sirve para reivindicar los primeros trabajos del director estadounidense.

Duel
(titulada en España como El diablo sobre ruedas) nos arroja a una
carretera desértica donde nuestro protagonista intenta huir de un camionero que
intenta matarlo. Gran parte de esta película de suspense nos transporta a ese
enfrentamiento donde el talento de Spielberg sirve para tender nuevas
metáforas a través del simbolismo urbano. 

Una fuerza diabólica representada en un camión. Fuente.

Como
todo director que comienza su carrera, no es de extrañar que Spielberg
se vuelque también en homenajear grandes películas como El salario del
miedo
o escenas de tensión y paranoia como la de la cafetería, que nos
recuerda al mejor Alfred Hitchcock. Gracias al escenario desértico, a su
actor protagonista Dennis Weaver (conocido por sus películas y series
del oeste) y los planos que utiliza Spielberg, podemos llegar a ver la
película como una reinterpretación del western donde las monturas y los
revólveres son los vehículos.

Señalar
también el buen uso del suspense, el ritmo hábil y la profundidad de campo para
retratar los horrores acercándose a toda velocidad, hacen de Duel
un film inesperadamente mítico. Nunca sabremos quién es el camionero y tampoco
nos importa, pero se mantiene abierto a significados (es lo que ha querido hacer
toda su vida J. J. Abrams como -mal- imitador de Spielberg). 

Estupenda composición del plano. Fuente.

En
esta buena persecución, cada una de las piezas del film acelera sin fallar.
Escenas como el momento en que el camionero deja pasar al protagonista (y cae
en una trampa casi mortal), la parada en la gasolinera con la exposición de
reptiles o la batalla final son tan poderosas como la destrucción de una gran
bestia.

Duel
estaba preparada para ser un telefilm, pero viendo el buen resultado, se apostó
por alargarla unos quince minutos y estrenarla en cines en Europa.
Puede que
uno de los segmentos añadidos (el encuentro con el autobús) ralentice demasiado
el relato, pero el otro (el inicio con el coche saliendo del garaje con un
plano subjetivo, mientras las voces de la radio parlan sin parar) es uno de los
momentos más icónicos de la cinta, donde ya Spielberg demostraba su
talento para unir imagen, sonido y dobles significados.

Pocas
películas resisten tan bien el paso del tiempo como Duel. Hoy,
todavía un coche huye en el desierto y un camión con un maléfico rostro surgido
de la pareidolia del infierno lo persigue: el diablo sobre ruedas jamás se
detendrá.

 

Póster de El diablo sobre ruedas. Fuente.

  • Título
    original: Duel (TV)

  • Año:
    1971

  • Duración:
    91 min.

  • País:
    Estados Unidos.

  • Dirección:
    Steven Spielberg

  • Guion:
    Richard Matheson (Historia: Richard Matheson)

  • Música:
    Billy Goldenberg

  • Fotografía:
    Jack A. Marta

  • Reparto:
    Dennis Weaver, Tim Herbert, Lou Frizzell, Jacqueline Scott, Eddie Firestone,
    Lucille Benson, Gene Dynarski

  • Productora:
    Universal Pictures

  • Género:
    Intriga. Thriller. Terror

  • Sinopsis:
    Cuando David intenta adelantar a un camión cisterna no se imagina que el
    conductor se lo tomará como una ofensa personal. A partir de ese momento, el
    diabólico camionero someterá a David a una persecución mortal… (FILMAFFINITY)
Calificación:
Carlos J. Eguren
autor@carlosjeguren.com
¡Cuidado! No leas esta biografía. ¡Te he dicho que no la leas! Si la lees, estarás condenado… En serio… ¿Sigues leyendo? Luego no me digas que no te lo he advertido: Carlos J. Eguren está muerto, solo que no se ha dado cuenta y sigue escribiendo desde ultratumba. Es escritor en Castle Rock, profesor en Arkham, periodista en Midian, divulgador cultural en Carfax, juntaletras en el omniverso y pasto de los gusanos en todas partes. Ha publicado cuatro novelas: Hollow Hallows, Devon Crawford y los Guardianes del Infinito, El Tiempo del Príncipe Pálido y La Eternidad del Infinito. Ya prepara mediante ouija sus próximas historias que formarán parte del libro de los muertos. Espera volver a aparecerse cuan primigenio cuando pueda escaparse de R'lyeh… Ahora ya has leído su biografía, ahora ya estás maldito. ¡Bienvenido!

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