La película es incluso peor que el banner. Aves de presa, toda una joya de… de… de… a saber el qué. Fuente.

Reconozcamos
los méritos. En 2016, Suicide Squad de David Ayer logró un
hito sin precedentes: hacer una película de superhéroes para los quinquis,
para aquellos que gozan de la estética de videoclip de reggaetón y que deseaban
ver a un Joker salido de la peor barriada de la ciudad.
 

En 2020, poco antes
de una pandemia que llega hasta nuestros días, Margot Robbie se ve que
se quedó con ganas y de ahí se explica cómo pasó a producir y protagonizar Aves
de presa
, una película que si guarda algún parecido con el cómic es por
mero accidente.

Harley Quinn, su hiena (solo les dio para una) y la impresión de que cuando terminas de ver la película, seguirás sucio el resto de tus días. Fuente.

Aborrecible esperpento

Margot
Robbie
convierte la cinta en un vehículo para su lucimiento.
¿Lucimiento? El mismo que debe tener alguien que se emborracha y la monta en su
despedida de soltera. Lo hace con la ilusión de haberse dopado viendo la
película de Deadpool y leyendo los últimos cómics de Harley Quinn
hasta llegar a la más terrible náusea. Y del vómito, sale Aves de presa, un batiburrillo
con unas irreconocibles Renée Montoya, la Cazadora, Canario Negro y Cassandra
Cain
. Pero es un film de Harley Quinn. Eso está claro. Todo en la película de grita que están intentando hacer lo que lleva DC
intentando hacer con el personaje en los últimos años hasta que la algarabía es
tal que uno desea dejar de ver la película o su vida actual para irse a vivir a
las montañas, lejos de esto.

La
directora Cathy Yan lleva a cabo este encargo con las habilidades para montar
de un Baz Luhrmann si fuese un inútil. No es lo único en mal estado ni
lo único que recuerda a Moulin Rouge!, más allá de algún número
¿musical? (en plena tortura), ahí está Ewan McGregor, emparentándose con Jim
Carrey
o Tommy Lee Jones en Batman Forever, preguntándose en
algún instante por qué aceptó el papel de Black mask… Sí, nosotros
también nos lo preguntamos. Ver a un buen actor haciendo el idiota es como ver
a un familiar haciendo el ridículo: lastima una pequeña fibra de tu ser.

Todo en la cinta es oportunismo de niñato malote. El propio
subtítulo de Birds of Prey (And the Fantabulous Emancipation of One
Harley Quinn)
parece intentar captar los sentimientos sociales de
nuestra época, pero lo hace como una broma pesada, de esas que hacen tanta gracia
como caerte por las escaleras y que alguien se ría. Todo es tan vacío y
artificial que más de una vez lo que consigue la directora y los demás
perpetradores de esta cosa es hacernos sentir… vergüenza ajena.

Hay gente que cree que esto es bueno porque tiene «brilli-brilli». Ay. Fuente.

Cine quinqui

Ya sea por
la estética de colores chillones, por una voz en off cargante, por unos
villanos de segunda o por unos personajes interpretados con toda la falsedad
que permite un guion escrito en veinte minutos, Aves de presa es
hipnótica: uno nunca sabe cuál es la siguiente aberración que va a ver. Así que
logra otro mérito: es el equivalente a ser el canguro
de una panda que se va a “perrear” al peor cuchitril de la
ciudad… o el equivalente a sufrir de mal gusto.
Es así cómo cuando la
película cae en el humor más chusco y zafio, cuando se pone a jugar con la
narración pensando que así será más interesante la parida que cuentan, Aves de presa se transfigura en ese festejo de la estética de videoclip con “música”
machacona. Ese es el “nivel”.

Vale con pensar en el desenlace. Cerca del
final, todo el mundo celebra que una carterista de diez años vaya al baño
tras comerse un burrito. Esa, esa es la finalidad de Aves de presa:
un festejo del excremento social en el que ha derivado una industria que come
los cómics y los depone a la misma velocidad. Por favor, recuerden tirar de la
cadena.

Calificación:
Carlos J. Eguren
autor@carlosjeguren.com
¡Cuidado! No leas esta biografía. ¡Te he dicho que no la leas! Si la lees, estarás condenado… En serio… ¿Sigues leyendo? Luego no me digas que no te lo he advertido: Carlos J. Eguren está muerto, solo que no se ha dado cuenta y sigue escribiendo desde ultratumba. Es escritor en Castle Rock, profesor en Arkham, periodista en Midian, divulgador cultural en Carfax, juntaletras en el omniverso y pasto de los gusanos en todas partes. Ha publicado cuatro novelas: Hollow Hallows, Devon Crawford y los Guardianes del Infinito, El Tiempo del Príncipe Pálido y La Eternidad del Infinito. Ya prepara mediante ouija sus próximas historias que formarán parte del libro de los muertos. Espera volver a aparecerse cuan primigenio cuando pueda escaparse de R'lyeh… Ahora ya has leído su biografía, ahora ya estás maldito. ¡Bienvenido!

2 comentarios sobre “Crítica de AVES DE PRESA, sin remontar el vuelo

  1. Una de las peores películas que visto, del cine de superhéroes y del cine, en general.
    Podrían haber hecho una película de Harley Quinn, enfocada en el personaje. Y que no mienta desde el título.
    Y han omitido la mayor parte de las historias. Siendo Black Canary, Huntress, etc, destacadas heroínas, con sus respectiva tragedias.
    Coincido mucho con esta reseña

    1. Es una lástima todo el potencial que han desperdiciado. ¡Gracias por el comentario!

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